El fácil acceso a las nuevas tecnologías no solo ha aumentado la frecuencia y la forma en que nos comunicamos, sino también ha impactado otros aspectos de nuestra sociedad de una manera profunda. Uno de estos aspectos es el ámbito educativo, el cual se ha visto transformado por la introducción de nuevos elementos y herramientas tecnológicas, dando lugar a una nueva practica de enseñanza-aprendizaje.
Pero el cambio que surge de esta transformación no es fácil. Aunque estamos inmersos en una sociedad de la información, este nuevo sistema educativo requiere, entre otras cosas, de una implementación metódica a nivel institucional, y una evolución de los roles tradicionales de los docentes y de los estudiantes. Este cambio no puede ser realizado sin un buen planeamiento y una cuidadosa ejecución.
Macedonio Alanís (2010), en su documento titulado Gestión de la Introducción de la Innovación Tecnológica en la Educación, nos ofrece una interesante perspectiva acerca de los elementos necesarios para implementar un cambio tecnológico de manera exitosa. Alanís sostiene que el proceso de implementación de una innovación requiere de tiempo y añade que se manifiesta en cinco pasos que pueden agruparse en dos etapas. La Fase de Iniciación comprende los pasos del descubrimiento, la persuasión, y decisión. La segunda fase o Fase de Implementación está formada por el paso mismo de implementación y por el paso de adopción de la innovación.
En mi opinión, Alanís expone una visión muy acertada y hace una valiosa observación al señalar que el proceso de adopción es individual, y que “las innovaciones no aparecen ni son adoptadas al mismo tiempo por todos los miembros de una organización, y mucho menos en una sociedad” (Alanís, 2010), puesto que son muchos los factores que conforman el proceso y que pueden agilizar o atrasar el mismo.
En mi experiencia como docente, he visto situaciones similares. Por ejemplo, la escuela donde actualmente trabajo ha estado llevando a cabo el desarrollo de varias innovaciones tecnológicas durante los últimos dos años y a pesar del esfuerzo y la inversión realizada, aun no ha logrado implementar el proceso en su totalidad debido al número de docentes que aun se resisten a utilizar dichas innovaciones. Quizás parte del problema sea la falta de apoyo a nivel individual por parte de la institución, o quizás estos docentes aun no vean la relevancia o el aspecto positivo que la adopción de dichas innovaciones tecnológicas pueda brindar.
Otro aspecto interesante de la innovación tecnológica en la educación es la transformación que ha causado en el proceso de enseñanza-aprendizaje, modificando así el rol de cada actor dentro del nuevo modelo educativo.
Heredia y Romero (2007) presentan una interesante descripción del modelo educativo, usando círculos concéntricos para cada elemento que lo forma. En el círculo central se encuentran los estudiantes, quienes se consideran el centro del modelo, ya que son el objetivo de la acción educativa. En el segundo círculo de este modelo se encuentran los profesores, quienes diseñan el ambiente de aprendizaje, teniendo en mente las características de los alumnos. El tercer círculo se refiere al área de conocimiento o contenido temático, seguido por el cuarto círculo, que se refiere al contexto institucional o en otras palabras, las características y elementos que forman parte de la institución donde se lleva a cabo el modelo educativo. El quinto círculo representa el contexto sociocultural que rodea a la institución, y por último, el sexto círculo se refiere al marco filosófico de la educación.
Considero que este modelo educativo, visualizado por los autores en forma de círculos concéntricos, es una forma clara de representar los elementos que conforman el modelo y las relaciones que existen entre ellos, ya que coloca al alumno y al profesor en un plano central sin omitir otros aspectos igualmente importantes que ejercen influencia sobre ellos.
Por último, es de suma importancia el analizar los posibles desafíos que se vislumbran en un futuro no muy distante. Sabemos que nuestra sociedad ha experimentado profundos cambios debido a la introducción de las nuevas tecnologías, dando como resultado una sociedad de la información o sociedad del conocimiento. De acuerdo al World Bank (2003), la sociedad del conocimiento se basa “…en el uso de ideas más que de habilidades físicas, y en la aplicación de la tecnología (innovación) más que en la mera transformación de materiales” (citado por Buendía y Martínez, 2007, p. 81). Esto significa que las instituciones educativas tienen la gran responsabilidad de preparar a sus ciudadanos con las habilidades y conocimientos necesarios para competir en este contexto.
Como parte de la sociedad de conocimiento, Buendía y Martínez (2007) presentan a las ciudades del conocimiento como un contexto más específico, entre las que se destacan la sociedad digital, la sociedad de inteligencia y la sociedad de aprendizaje. Los autores también exploran las teorías y enfoques del aprendizaje que sirven de base al desarrollo de las competencias del ciudadano de conocimiento, tales como la Andragogía y el Constructivismo.
Esta lectura me ha permitido obtener una más amplia visión sobre la sociedad del conocimiento, sus futuras necesidades educativas, las competencias del ciudadano democrático y de conocimiento, y el papel vital que juega la Universidad Virtual en el logro de los objetivos propuestos para el desarrollo de las competencias del ciudadano de conocimiento.
Referencias
Alanís, M. (2010). Gestión de la introducción de la innovación tecnológica en educación. En Burgos, V. y Lozano A. (Comps.). Tecnología educativa y redes de aprendizaje de colaboración. Distrito Federal, México: Trillas.
Buendía, A. y Martínez, A. (2007). Hacia una nueva sociedad del conocimiento: retos y desafíos para la educación virtual. En Lozano A. y Burgos V. (Comp.). Tecnología educativa en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa.
Heredia, Y. y Romero, M. (2007). Un nuevo modelo educativo centrado en la persona: compromisos y realidades. En Lozano A. y Burgos V. (Comp.). Tecnología educativa en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa.
domingo, 7 de febrero de 2010
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